Los cólicos son bastante comunes en los recién nacidos, pero son una condición temporal y suele desaparecer alrededor de los cinco meses de edad.
El llanto es una de las maneras más importantes que tiene un bebé para comunicarse, pero cuando es inconsolable y parece que nada lo calma, puede ser un momento muy frustrante. Si tu bebé está pasando por esto, es posible que te preguntes si se trata de los temidos cólicos. ¡Respira profundo! Estás en el lugar correcto. En esta guía, te acompañamos para entender qué son, cómo identificarlos y, lo más importante, cómo encontrar un poco de paz y alivio para tu pequeño y para ti.
¿Qué son los cólicos del bebé?
Los cólicos del lactante son una condición común que causa malestar abdominal en los recién nacidos desde las primeras semanas de vida. Este trastorno se caracteriza por episodios de llanto intenso y prolongado, pujo e irritabilidad, generalmente en un patrón consistente, que a menudo aparecen repentinamente y terminan de manera espontánea o cuando el bebé expulsa gases. Es un malestar completamente normal y, aunque puede ser muy angustiante, suele desaparecer por sí solo alrededor de los cinco meses de edad.
Las causas más comunes de los cólicos
Aunque no se conoce una causa única, los cólicos están estrechamente relacionados con la inmadurez del sistema gastrointestinal del bebé. Su pequeño sistema digestivo está aprendiendo a procesar los alimentos, y esto puede causar algunas molestias. Otros factores que pueden contribuir incluyen:
- Ingesta de aire: Durante la alimentación o el llanto prolongado, los bebés pueden tragar aire, lo que produce gases dolorosos. Un flujo de leche materna demasiado rápido también puede hacer que el bebé trague más aire.
- Alimentación en exceso: Una cantidad excesiva de alimento puede causar una mayor fermentación en el intestino, produciendo gases y cólicos.
- Alergias alimentarias: En algunos casos, los cólicos pueden ser una reacción a proteínas en la leche materna. Ciertos alimentos en la dieta de la mamá, como la proteína de la leche de vaca, el huevo, el trigo o la soya, pueden llegar al bebé a través de la leche materna y causar malestar. Si sospechas de esto, es fundamental que consultes con tu profesional de la salud antes de instaurar una dieta restrictiva.
- Desequilibrio de la microbiota intestinal (flora intestinal): La composición de las bacterias en el intestino del bebé puede afectar la digestión y generar inflamación.
Recuerda, cada bebé es único. Lo que funciona para uno puede no funcionar para otro, y lo más importante es observar a tu pequeño y consultar a tu profesional de la salud para encontrar la mejor solución.
¿Cómo identificas los cólicos?
El llanto es la principal señal, pero los cólicos se distinguen por un patrón particular que puedes reconocer:
- Llanto intenso, pujo o irritabilidad incontrolables: A menudo, el llanto es un grito agudo que comienza de repente, sin razón aparente y no hay manera de calmar al bebé con métodos usuales como la alimentación, el contacto físico o un cambio de pañal.
- Tensión corporal: Cuando llora, el bebé aprieta los puños, tensa su abdomen, y estira o sube sus piernas hacia su barriguita.
- Se liberan gases: A menudo, el episodio de llanto termina cuando el bebé expulsa gases o tiene una deposición, lo que indica un alivio en el dolor abdominal.
¿Qué puedes hacer para aliviar los cólicos?
No hay una cura mágica para los cólicos, pero hay varias estrategias que pueden marcar una gran diferencia. Puedes intentar distintas opciones para ver qué funciona mejor para tu bebé. ¡Recuerda, cada bebé es único!
Consultar con tu pediatra, en caso de que se identifiquen algunos factores que hayan influido en la alteración de la microbiota intestinal de tu bebé, indicará iniciar el probiótico L reuteri DSM1795 que tiene evidencia científica en alivio del cólico del lactante.
Adicionalmente, puedes ayudarlo con:
- Masajes después de un baño tibio: Realiza masajes suaves en la pancita del bebé con movimientos circulares en sentido de las manecillas del reloj. Lleva las rodillas hacia su abdomen y haz movimientos de bicicleta para ayudar a liberar gases. También puedes recostar al bebé boca abajo sobre tu regazo y frota su espalda suavemente.
- Movimiento suave y rítmico: Acurrucar y mecer a tu bebé suavemente en tus brazos o sobre tu hombro, así como mecerlo en un portabebés puede ser efectivo.
- Usa sonidos y ambientes calmantes: Un paseo en coche, la música suave o ruido blanco pueden ayudar a distraer y calmar a tu bebé.
Estrategias para prevenir los cólicos
Aunque no siempre es posible prevenirlos, hay algunas estrategias sencillas que puedes integrar en tu rutina diaria para ayudar a que tu bebé se sienta más cómodo. ¡Pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia!
- Microbiota saludable: Existen varios factores protectores de la microbiota del intestino que se está formando en tu bebé, dentro de ellos, el parto por vía vaginal, la alimentación con leche materna, evitar antibióticos, iniciar la alimentación complementaria no antes de los 4 meses de edad. Tu pediatra considerará si es necesario iniciar el probiótico L reuteri DSM17938 para la prevención de cólico, dependiendo del análisis de estos factores de riesgo.
- Ajusta la técnica de alimentación: Asegúrate de que el acople de tu bebé sea correcto para que no trague aire. Un especialista en lactancia puede ser de gran ayuda. Además, permitir que el bebé termine un pecho antes de ofrecerle el otro puede ayudar a equilibrar la ingesta de leche.
- Considera tu alimentación: Habla con tu médico acerca de tu alimentación, por si el consumo de alérgenos comunes como la proteína de la leche de vaca, el huevo o la soya que consumes pudiera afectar la digestión de tu bebé a través de tu leche.
- Ayúdalo a eructar: Hacer eructar a tu bebé durante y después de las tomas es clave para prevenir la acumulación de gases. Colocarlo en posición vertical mientras puede ser de gran ayuda.
- Incorpora masajes: Realizar masajes suaves en la pancita de tu bebé de forma regular puede ayudar a prevenir o aliviar los gases y la inflamación antes de que se conviertan en un problema.
Recuerda, cada día es una nueva oportunidad para aprender y crecer junto a tu bebé. Los cólicos son un desafío temporal, pero con paciencia, apoyo y amor, podrán superarlo. ¡Estás haciendo un trabajo increíble, y cada pequeño avance es una victoria! Recuerda que la información proporcionada en este artículo es de carácter general. Consulta siempre con el pediatra de tu bebé para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Referencias
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