
¿Criar en equipo? Sí, se puede: descubre los beneficios de la crianza compartida
La crianza es una ilusión para muchas personas y parejas, y la crianza compartida mejora significativamente la experiencia de ser padres, al reducir la presión, fomentar el apoyo mutuo y equilibrar las responsabilidades familiares.
¿Sientes que te ahogas en la lista de tareas pendientes de la crianza? Según el estudio global The Parenting Index, encargado por Nestlé y desarrollado por Kantar, uno de los factores que más influye en la “facilidad de la crianza” es precisamente compartir las responsabilidades de forma equitativa.
Este índice, basado en entrevistas a más de 8.000 madres y padres de bebés de 0 a 12 meses en 16 países, revela que la crianza compartida contribuye a mejorar la experiencia parental, especialmente durante los primeros 1.000 días de vida.
¿Qué es realmente la crianza compartida?
La crianza compartida –o crianza colaborativa– es una práctica equitativa donde ambos padres asumen la misma cantidad de responsabilidades en la vida familiar, yendo mucho más allá del cuidado de los hijos.
Se trata de convertirse en socios iguales que dividen de forma justa:
- Tareas domésticas: Cocinar, limpiar, hacer mandados.
- Carga mental: Planificar citas médicas, organizar horarios, recordar cumpleaños y eventos escolares.
- Provisión financiera: Contribuir al sostenimiento económico del hogar.
- Tiempo personal: Asegurar que ambos tengan espacio para el autocuidado y sus intereses.
Esta forma de vivir la paternidad está en ascenso. El 62% de los padres encuestados globalmente cree que los padres están más activos y comprometidos en la crianza de sus hijos en comparación con generaciones pasadas. La crianza compartida no se limita a roles tradicionales. No solo madres y padres comparten la responsabilidad de la crianza, es el modelo de muchas familias multigeneracionales y parejas del mismo sexo.
Los beneficios de la crianza colaborativa: ¡crecer en equipo!
Una de las recompensas más dulces es que ambos padres tienen la misma cantidad de momentos especiales con sus hijos, viéndolos crecer día a día. Pero los beneficios no terminan allí:
- Igualdad de oportunidades profesionales: Ninguno de los dos tiene que cargar solo con el peso de proveer o sentir que su carrera debe estancarse. En lugares como Chile, donde el 52% de las madres y padres reportan compartir responsabilidades más igualitarias, el número de madres trabajadoras va en aumento, demostrando que la equidad en casa impulsa la igualdad fuera de ella.
- Menos resentimiento, más conexión: ¿No discutir sobre quién lava los platos o a quién le toca la limpiar el baño? ¡Sí, es posible! Al dividir la carga justamente, pueden sentirse empoderados con lo que logran como equipo, resultando en que uno se sienta menos abrumado, menos solo y más unido a su pareja.
¿Por qué la equidad no es la norma?: 3 desafíos
Si bien tiene muchos beneficios, no es común que la crianza compartida se practique alrededor del mundo. Menos de la mitad (49%) de los padres y madres a nivel global reportan que las responsabilidades de cuidar a los niños se separan equitativamente.
Esto es debido a una compleja mezcla de barreras prácticas y normas culturales.
1. Barreras legales y laborales
Las políticas gubernamentales pueden limitar la participación activa del padre desde el inicio. Por ejemplo, en Colombia, la licencia de paternidad sigue siendo de solo 14 días calendario, lo que puede restringir la capacidad del padre para involucrarse plenamente y establecer rutinas de cuidado.
Nestlé de Colombia es una compañía que valora la familia y otorga igualdad de oportunidades para todos. Por eso, la licencia de maternidad remunerada se amplió a 6 meses y se redujo en una hora la jornada laboral para las mamás durante el primer año de su hijo. Por otro lado, aumentó la licencia para los papás a 28 días calendario.
2. Normas culturales y estereotipos
En muchos lugares, el cuidado del hogar sigue siendo percibido como un "trabajo de madre". En países como Alemania, a pesar de existir subsidios de licencia parental para ambos, solo la mitad de los padres opta por tomarla, y típicamente lo hace solo por un par de meses.
De manera más marcada, en lugares como Rumania, las tradiciones dictan que es más probable que el padre trabaje y la madre permanezca en casa.
3. La brecha de percepción
Existe una gran diferencia en cómo hombres y mujeres perciben la división de tareas, lo que demuestra la necesidad de una comunicación abierta:
- El 47% de los papás afirman que la crianza de los hijos se comparte por igual en su hogar.
- Sin embargo, solo el 30% de las mamás está de acuerdo con esa afirmación.
Esta brecha subraya que, aunque la intención exista, las madres a menudo siguen asumiendo una mayor parte de la carga mental y emocional.
¿Qué sigue para la crianza colaborativa?
Todavía hay un margen de mejora, y el futuro de la crianza compartida depende de desafiar activamente los roles tradicionales y la comunicación honesta en pareja.
Aunque más familias están abrazando la equidad, sigue existiendo un consenso de que las madres son las más afectadas por los desafíos de la crianza. Reconocer esto no es para culpar, sino para invitarnos a seguir evolucionando como sociedad y como familias.
¿Sientes que a tu relación de pareja le falta balance en la crianza compartida? ¡Es el momento de empezar a construir tu "Dúo Dinámico"!
Referencias
Nestlé & Kantar (2021). The Parenting Index. https://www.theparentingindex.com/